Los microbrotes frescos de mostaza mejoran el microbioma y potencian el sistema inmunitario.

Tiene propiedades beneficiosas para la vista debido a su alto contenido en vitamina A, puesto que para ver todo el espectro de luz, el ojo necesita producir pigmentos para que las células fotoreceptoras de la retina funcionen correctamente. La deficiencia de vitamina A detiene la producción de estos pigmentos, lo que puede desencadenar ceguera nocturna. El ojo también necesita vitamina A para la córnea y la cubierta transparente de la parte frontal del ojo. Y sin suficiente cantidad de vitamina A, los ojos no pueden producir suficiente humedad para mantenerlos lubricados adecuadamente.

El consumo habitual de mostaza es beneficioso para reducir la cantidad de colesterol malo en la sangre y su contenido en betacaroteno contribuye a reducir el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares.

Los brotes presentan un alto contenido en antioxidantes como el manganeso, vitaminas A, C y E, neutralizando radicales libres, relacionados estos últimos con el desarrollo del cáncer y procesos de envejecimiento.

Contribuye a mantener en buen estado la salud ósea, debido al alto contenido de vitamina K. Diversos estudios sugieren que la vitamina K desempeña un papel esencial en la optimización de la salud y el metabolismo óseo. Las personas con altos contenidos en vitamina K, contienen una mayor densidad ósea y personas con bajos niveles de vitamina K tienden a sufrir osteoporosis. Del mismo modo algunas investigaciones sugieren que niveles bajos de vitamina K están conectados con mayor riesgo de osteoartritis.